INLAND EMPIRE ( O el viaje hacia la mente oscura de un genio)

Para aquellos que disfrutamos del cine y seguimos a David Lynch, este año es importante. Es que semanas atrás se estrenó su última película INLAND EMPIRE, en una mínima cantidad de salas en Buenos Aires.
Y es que hay una realidad sobre Lynch. En la gente no existe un punto medio hacia él: o se lo odia, o se lo ama. Porque se lo odia? Porque la gente "no lo entiende" y es imprescindible entender que lo más errado con él, es querer entenderlo. Es que sus películas son un viaje hasta lo más profundo de su mente, un viaje de sensaciones, imágenes, percepciones. Nada vuelve a ser igual luego de vivir la experiencia Lynch.

Nikki es una actriz que obtiene el papel protagónico de una película, que se ha filmado antes pero que no se ha terminado ya que sus protagonistas fueron asesinados. Y a medida que ella se va incorporando en el papel de Sue, la protagonista, todo va mezclándose, sin saber donde termina la ficción para que empiece la realidad, o viceversa. Y luego de la primer hora de película, se produce un quiebre.. quiebre dónde todo puede pasar, dónde cada sentido se despierta, y dónde la capacidad de asombro por lo que se ve en pantalla no tiene límites.

No tengo dudas que esta es la película más oscura y profunda de David Lynch, y sin duda, la cumbre en su cine.. porque si bien cada película de él es digna de ver y admirar, no hay nada que se asemeje mínimamente a lo que es INLAND EMPIRE, película filmada digitalmente, que dura 3 horas y que se da el lujo de tener grandes actores como Laura Dern, Jeremy Irons y muchos nombres más. Y una vez más, Lynch demuestra que a la hora de elegir un actor no se equivoca, porque la actuación de Laura Dern es memorable, impecable, magistral, única.

Conejos en medio de una sitcom, una bailarina con una sola pierna, un mono, un set de filmación dónde se mezclan las realidades, un grupo de prostitutas, una mujer que presagia que cosas malas van a suceder, son sólo momentos y detalles de una película que nos lleva a lo más profundo de la mente de Lynch. Es una cuestión personal decidir si queremos ignorar esta pieza magistral del cine contemporáneo, o si decidimos dejarnos llevar a otro mundo, donde todo es posible y donde lo único que se nos pide es permitirle a nuestra mente volar hacia lo desconocido aunque sea por unas horas.