Si hay un género que ha sido usado mucho durante los últimos años, es el de la historia de vampiros. Algunas series o películas más complejas que otras, algunas olvidables y otras que sin duda, renuevan un género que parecía no poder reinventarse.
"Let the right one in" entra, sin duda, en la última categoría. Oskar es un niño que vive con su madre, y que sufre ese odio incomprensible que a veces algunos niños sienten por otros, quizá solo por la necesidad de divertirse, hasta que un día una niña se muda al mismo barrio, la enigmática Eli, y entre ellos se creará un vínculo hermoso y particular. Pero con un pequeño detalle, ella necesita sangre para vivir.
Podría destacar muchas cosas de esta película, como una fotografía hermosa o una música que no deja de llamar la atención en ningún momento pero, principalmente, creo que "Let the right one in" se destaca por una historia original, que va más allá, que pasa de lo controversial a la ternura y a la muerte, basada en un libro de John Ajvide Lindqvuist, que aún no he terminado, pero que sin duda se adapta de manera fiel en esta versión cinematográfica.
El encuentro de estos dos seres es el punto de partida de una película que sugiere cosas constantemente, que muestra lo justo y necesario pero que, lo que más impacta, es precisamente aquello que no se ve, lo que se oculta en las sombras. La película no necesita caer en obviedades, ni plantear una trama compleja ni rebuscada. El fin es simple y concreto: todos nos podemos sentir solos, inclusive esta pequeña niña de 12 años que debe matar para poder vivir. Y será Oskar, este personaje interesante y sufrido, el que creará un lazo con ella, el que se quedará a su lado aún sabiendo la terrible verdad, pero también será el que entienda lo que es estar solo, lo que es sentirse rechazado. Despues de todo, Eli y Oskar tienen muchas cosas en común. ¿Pero, que le ha pasado a esta chica? ¿De dónde viene, o quién es realmente? No importa ni importará al final, como tampoco importará que sea un vampiro o no. Hay que mirar más a fondo, buscar en la capa más profunda del film, para acercarnos a una sociedad, a conflictos sociales atemporales y que podemos encontrar en cualquier lugar. Pero, principalmente, nos invita a dejar de ver todas esas cosas que nos pueden hacer diferentes a los demás, o que los ojos de los demás ven distinto... cómo bien le pide Eli a Oskar, "sé yo, por un momento"... Ser como el otro, aunque sea por un segundo. Quizá, un gran acto de amor. Dejar a un lado la atrocidad que se esconde en esta muchacha, que tiene un corazón más puro que los vivos, entenderla por un instante, crear un lazo basado en los sentimientos y sensaciones más básicas del ser humano, aquellas que son las que más nos pesan como la soledad, y finalmente, dejar entrar a la persona correcta, en nuestra casa, en nuestra vida, en nuestro corazón.
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